Querida Ana (Anorexia)

Ya no recuerdo cuentas veces fui llorando hacia ti, pidiendo dietas y castigos,
Ya no recuerdo cuantas veces me desplome por ti,
Cuando ya el azúcar no quería existir en mi cuerpo,
Baje y subí de peso,
Todo gracias a ti,
Me llene de comentarios tan "perfectos",
Sobre lo bien que se veía mi cuerpo que me deje llevar,
Sabiendo que tú,
querías quedarte con mi alma.

(Hasta los huesos) decían las princesas Pro ana,
Y yo, comenzaba analarlo.

Dibago por aquellos días en los que mi vista,
Comenzaba a distorcinarse haciendo ver alguien,
Totalmente diferente en mi,
Me enseñaste a tener el control,
Sin siquiera poseerlo,
Me enseñaste a castigarme,
Con cualquier filo que pudiera atravezar mi epidermis,
Y todas las capas que protegían mi piel,
Vi mi sangre correr tantas veces por el piso frío del baño.
(Que agradezco al cielo no a ver muerto).

Gracias a ti mis padres se preocuparon tanto,
A tal punto que un día, no confiaban en dejarme sola en la mesa, intimidandome con cada cucharada que metía en mi boca, viendo si no lo escondía en una cerbilleta o en el vaso de aluminio, controlaban mi tiempo de actividad física y veían como descontrolada formando sumas en mi mente de cada producto que veía.
(Las calorías eran algo tan importante en mí).

Mi autoestima se vio gravemente afectado por ti,
Cada gordito era una imperfección más,
(El fracaso le decían).

Un hueso notable era la gloria,
(La perfección le llamaban).

Con todo esto, no...
No quiero decir que te eh superado, pero aprendí a verme y desnudarme ante el espejo.

No.. ya no nesesito de tu admiración, ahora alguien mas lo hace.

Querida Ana (Anorexia),
Adiós y por favor no vuelas que ya no necesito de ti.

Autora: Gabriela Romero

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